Joder, ¡duele de cojones! ¡No puedo soportarlo!
La vieja descarada ni siquiera miró el hecho de que era su joven hijo y le hizo follar en todas las posiciones conocidas. Se notaba, por sus gritos apasionados, que le gustaba el cuerpo joven del chico y su juguetón amigo. Da la sensación de que si hubiera podido, se habría tragado no sólo la polla con placer, sino al hijo entero. La madre no era ajena a los placeres sexuales y enseñó mucho al joven seductor.
A menudo escucho este tipo de historias sobre el sexo entre amigos. Y estas historias salieron más a menudo de las chicas. Pero, por desgracia, tal amistad pasó por mí. Y este tipo tuvo suerte, una chica latina caliente llegó y se entregó a mí...
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